Luis Rivera

Doctor veterinario

“LA PANDEMIA ES LA EXCUSA PERFECTA PARA, TODAVÍA, ESTRANGULAR MÁS AL TOREO”

Octubre de 2020

¿Cómo está Don Luis Rivera?
Bien. Ilusionado, con ganas de terminar alguna faena que no he concluido y con muchos motivos para dar gracias permanentes por lo que la vida y nuestro Señor me han regalado. Espiritualmente, con mucho deseo de hacer, muchas ganas de servir. Me encuentro en el último tercio de mi vida, en la faena de muleta, y lo único que quiero es que no me bajen mucho la mano y que, entre tanda y tanda, me dejen respirar un poco porque si no seguro que doblo las manos.

Don Luis Rivera, junto a las
esquilas de la ganadería San
Miguel, en uno de sus
guadarneses.

Octubre de 2020

¿Cómo está Don Luis Rivera?
Bien. Ilusionado, con ganas de terminar alguna faena que no he concluido y con muchos motivos para dar gracias permanentes por lo que la vida y nuestro Señor me han regalado. Espiritualmente, con mucho deseo de hacer, muchas ganas de servir. Me encuentro en el último tercio de mi vida, en la faena de muleta, y lo único que quiero es que no me bajen mucho la mano y que, entre tanda y tanda, me dejen respirar un poco porque si no seguro que doblo las manos.

Don Luis Rivera, junto a las
esquilas de la ganadería San
Miguel, en uno de sus
guadarneses.

El año pasado le entregaron el Premio Peña Caballista. ¿Le hizo ilusión recibir este galardón?
Me hizo muchísima ilusión. Yo nací en Córdoba pero estudié el Bachiller en Málaga. Y recordando unos versos de Antonio Machado:

El hombre no es ni de donde nace ni de donde muere sino de donde hace el Bachillerato. Cuando he ido a Jerez, Sevilla… con mis caballos angloárabes ha habido muchísima gente que ha tenido mucho deseo de unirme a su afiliación. “Tú eres de Sevilla”, “Tú eres de Jerez”, “… de Córdoba”. Siempre he contestado:

“Soy de Málaga”. “Pero es que naciste en Córdoba”. Y le contesté: “Es que los malagueños nacemos donde nos da la gana”. Soy un malagueño que nació en Córdoba. Lo mejor de mi vida me ha pasado en Málaga. Y soy un enamorado de Fuengirola. He tenido el placer y el honor de conocer personalmente a tu padre (se refiere al ganadero Salvador Cortés García) y a todos los que han sido figuras del caballo de Fuengirola. He conocido esa feria de los años 80. He conocido el fervor y la pasión que generaba esa feria. Para mí estar en Fuengirola es un regalo. Sentirme querido por los aficionados y las personas del mundo del caballo de Fuengirola es un regalo que es más consecuencia de vuestra generosidad que de mis méritos.

Después de mucho luchar vendió la ganadería de San Miguel. ¿Ha sentido cierta liberación con la que está cayendo ahora?
Más que utilizar el término liberación, que en definitiva sí lo es, lo que he sentido es pena. Es algo muy bonito, muy apasionado, que exige mucha dedicación. Dicen que todo tiene un principio y un final. El mío ha llegado y lo puedo contar. Me he liberado. Pero en el fondo, como es una cultura a la que amo y con la que soy tremendamente respetuoso, me pone triste que la sociedad le haya dado la espalda. Existe una perversión en las escalas de valores. Tenemos una sociedad que no sabe hacia dónde va. Confunde el amor con el deseo. La relación filial entre humanos la mezcla con la relación filial con animales irracionales. Me parece una perversión mental el hecho de que alguien diga que está enamorado de un perro. No se puede sentir pena, como decía el célebre filósofo Frank Wolff: “¿Qué pasa por la mente de un hombre cuando, en una situación de peligro de otro hombre, el primero se alía con el animal? No siente pena por su congénere sino por el animal que está agrediendo a otro humano”. Cuando alguien se apena antes de un animal que de otro hombre tiene un problema mental.

¿Cree que el toreo logrará salir airoso?
Después de diez años, he comprobado que es un sector que progresivamente va a ir desapareciendo porque ya a la sociedad no le interesa. No es ser catastrofista ni pesimista. Es realismo. Un torero no es el referente en ningún medio de comunicación. Un espectáculo taurino, con toda la belleza y grandeza que encierra, no es entendido. No hemos sido capaces de explicarlo. Hemos creado la cultura en la que todos los seres vivos somos iguales, por lo que entramos en contradicciones. Me da pena del sector.

Además, la pandemia ha venido a agravar más la situación…
La pandemia es la excusa perfecta para, todavía, estrangular más al toreo. No han dado ayudas a todos los profesionales del sector taurino (banderilleros, picadores, mozos de espada, ayudas…) al tener suspendida su actividad. El Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) no ha facilitado el acceso a las ayudas a los profesionales que pagan su seguridad social, su IVA… como si de personas apestadas se tratase. Esto es una enfermedad de nuestro gobierno. Esto es lo penoso. La pandemia es la excusa perfecta. No te voy a prohibir pero te voy a dar golpes en las piernas

piernas para que no te puedas levantar. No te mato pero te dejo que sufras. Esto es lo que está pasando en el mundo del toreo.

Cambiando de tercio, de lo que seguro está orgulloso es de sus cinco hijos…
Me siento tremendamente orgulloso. Dos hijas y tres hijos. Todos muy buenos estudiantes. Obviamente, el saber no ocupa lugar. Ocupa tiempo pero no lugar. Y ese tiempo siempre tiene su beneficio. El ser una persona cultivada es importante para andar por el mundo. Realmente lo que te da sitio es tu formación. No te da sitio tu poder adquisitivo, tu vestimenta. Te da sitio tu cultura,

“Tuve un sueño que no sé si se
hará realidad. Yo quería haber
hecho un tratamiento de aspiración
de ovocitos en una vaca brava, una
fertilización in vitro para haber
transferido ocho o diez embriones,
hermanos de padre y madre, y
conseguir lidiar una novillada o una
corrida de toros de hermanos
propios. Esto hubiese sido un hito”.

tu formación, tu saber comunicarte, tu saber estar. Son manifiestamente mejores que su padre. Éste es el orgullo que pueden sentir un padre y una madre. Son las únicas personas que, sin ningún complejo, queremos que sean mejores que nosotros. Creo que mis hijos me han sobrepasado, cargados de todas las virtudes que tiene su madre.

También ellos han sido afortunados al contar con unos padres como Inés, farmacéutica, y usted, veterinario.
Pienso que sí. Con los hijos sucede una cosa que normalmente hacemos con los padres. El hijo es el único ser del mundo que primero condena, después juzga y al final perdona. Cuando esto debería ser al revés. Primero júzgame, luego mira si me condenas o me perdonas y si me condenas, al final, perdóname. Llega un momento en el cual los padres, cuando hemos terminado nuestro ciclo vital, nos convertimos en bultos sospechosos. (Ambos, nos desternillamos de la risa y él prosigue). Deambulamos por el mundo porque Dios es infinitamente bueno.

¡Máximo respeto hacia los mayores, por favor!
Eso es algo que siempre se ha cultivado y siempre se debe de cultivar. Digo esta frase siendo exagerado y extremista. El mayor

tiene un sitio, un respeto. Hay que escucharlo con mucha atención. Y si se equivoca, perdonarlo, no juzgarlo. Directamente perdonarlo, no ponerlo a tu altura. Él ya está en otro nivel.

Su hijo Luis llegó a ser novillero con picadores, ¿sigue con la ilusión?
No. Siempre le dije, y su madre exactamente igual, que los estudios eran lo primero. Él terminó la carrera de veterinaria. Ahora torea algún festival con amigos. Torea en el campo. Y, sobre todo, como montaba mucho a caballo conmigo, se ha hecho un gran garrochista. Tiene un par de caballos con los que se divierte. Corre muchísimos concursos de Acoso y Derribo. Él está centrado en su vida profesional como veterinario, dedicado al sector de la nutrición animal. Al mismo tiempo, se divierte en el campo acosando, que es su gran pasión. Ha hecho muy buenas amistades dentro del mundo del toro.

¿Qué le ha dado más satisfacciones, el ganado bravo o el caballar?
El ganado caballar. Llevo criando angloárabe desde 1993, cuando nació mi primera camada. Soy un enamorado del caballo. He dedicado toda mi vida al caballo. Profesionalmente, como veterinario, luego como jinete de doma vaquera, juez, vicepresidente de la Asociación Nacional de Doma Vaquera. He llevado caballos a los concursos morfológicos. El caballo angloárabe ha sido mi debilidad. Siempre he dicho una cosa que mis amigos han entendido y mis enemigos no. Cuando hablo de caballos angloárabes jamás hago de menos otras razas. Me gusta un buen caballo español, árabe, hispanoárabe… Todos los caballos buenos se parecen porque, antes que ser de una raza, son de una especie. No hay que aferrarse a nada. Todos los caballos buenos tienen cosas en común y luego tienen los matices que definen a esa raza: sus aires, su pelo, su crin, su cara, sus perfiles. Pero su dorso, su tronco, su grupa, su cuello, su espalda, su cruz o es buena o no es buena.

Creo que ahora tiene puesta su ilusión en la ganadería de árabes Fernández Bolaños.
Sí. Estamos sacando embriones de unas yeguas e implantándolos en yeguas receptoras, tecnología de reproducción punta. Me hace mucha ilusión. Estamos colaborando dos veterinarios y una compañera que ha estado tres años en Nueva Zelanda y que solamente hace embriones. Ella y yo llevamos el programa de transferencia. Estamos cosechando éxitos.

¿Y algún sueño por cumplir?
Tuve un sueño que no sé todavía si se hará realidad alguna vez. Yo quería haber hecho un tratamiento de aspiración de ovocitos

Don Luis Rivera en su preciosa finca Las Arboledas, en Alhaurín El Grande.

en una vaca brava, una fertilización in vitro para haber transferido ocho o diez embriones, hermanos de padre y madre, para haber lidiado una novillada o una corrida de toros de hermanos propios. Esto hubiese sido un hito. Y técnicamente es posible. Necesita tiempo y trabajo. No es ninguna entelequia. Tiene unos números pero es realizable. En el mundo del toro ver seis novillos, hermanos propios de padre y madre, con la misma edad, sus diferentes comportamientos o las diferentes reacciones, hubiese sido muy interesante para los aficionados al mundo del toro. Es un sueño de veterinario.

¿Pero no ha desistido?
No. La idea está. Las vacas siguen pariendo. Los medios para hacerlo están. Quién sabe si mañana surge alguien que se alíe conmigo y quiera convertir esto en realidad. Yo, de entrada, le voy a decir que sí.

Lo que me ha sorprendido es descubrir que está estudiando segundo de Teología.
Sí. Si cualquier cosa que te suceda en la vida sirve para que seas mejor persona bienvenida sea. Si te convierte en algo más energúmeno mal vas. Ante las dificultades que la vida me ha planteado he tenido, como el Señor, que coger mi cruz y acomodármela y para eso he necesitado y necesito permanente[1]mente de Su palabra. A partir de ahí, soy capaz de levantarme y, a partir de ahí, soy capaz de hacer las cosas que hago, digo, sueño, espero, deseo o comprendo, pero desde ahí. No me retiro. Desde ahí es desde donde tengo fuerzas y desde donde soy capaz, si no deambulo cual bulto sospechoso.

Promete ir a Bangladesh a conocer la misión de Benjamín Gómez Salas.
Prometo ir a Bangladesh. Hay una frase muy buena que dice: La probabilidad de existir es tan pequeña que, una vez que ha sucedido, no podemos malgastar ni un solo segundo. Piensa por un segundo todas las cosas que tuvieron que suceder para que tú nacieses. La vida es un milagro. Entonces, vamos a dar las gracias todos los días. ¿Eso no te hace respirar mejor?

Imagen de un joven Luis Rivera,montando al semental
Mylord y recogiendo el premio al Mejor Conjunto Jinete
Caballo, de manos de José Fuentes en El Rubio.

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