Gloria viva de una dinastía histórica del toreo en España
Fuengirola rinde homenaje al maestro Alfonso Ordóñez
Noviembre 2023
Resultó tal y como se esperaba. Fue un sentido, masivo y cariñoso homenaje a la gran persona y maestro que es Alfonso Ordóñez Araujo, leyenda viva de una dinastía histórica del toreo en España.
La Peña Taurina de Fuengirola fue el lugar escogido para reunir a todos sus familiares, amigos, profesionales y apasionados del toreo que acudieron el 11 de noviembre a la llamada de la Asociación Cultural Taurina “Los de Márquez y Galán”. Para que todo fuera posible se contó con la ardua colaboración del maestro Francisco Porras, director de la Escuela Taurina de Fuengirola; además de Casa Colón y El Descorche.
Destacada fue la presencia de su sobrino nieto Francisco Rivera Ordóñez, muy cariñoso y simpático, y los maestros José Antonio Campuzano y Alfonso Galán. Todos ellos, bajo la “batuta” y elocuencia del periodista taurino Paco Aguado, enriquecieron la tertulia que logró transportar a todos a una época gloriosa del toreo en la que la seriedad era la máxima.
Entre las autoridades presentes estuvieron el Teniente de Alcalde de Fuengirola, Rodrigo Romero; la concejala del Ayuntamiento Rocío Arriaga; el Segundo Teniente de Alcalde de Mijas, Juan Carlos Maldonado; y el director del Centro de Asuntos Taurinos de la Diputación de Málaga, Borja Ortiz.
Primero fue la comida. Luego se proyectó un breve vídeo con imágenes increíbles del maestro como banderillero. Y después, llegó lo mejor, la distendida charla en la que se puso de manifiesto la relevancia de la gran figura de Ordóñez, quien a su vez rindió tributo a su hermano Antonio Ordóñez “maestro de maestros”. Su gran referente y al que venera.
Durante la tarde, se sucedieron los obsequios al homenajeado como el cuadro que le regaló el pintor Manuel Escalona sobre el Camino del Rocío. El presidente de la Peña Caballista de Fuengirola, Hugo Ruiz, le entregó una insignia y de manos de Javier Ambel recogió un clásico reloj preciosísimo en plata y grabado. El presidente de la Maestranza de Sevilla, José Luque Teruel, le trajo un recuerdo histórico. Una fotografía del crítico taurino Álvaro Rodríguez del Moral. Una imagen de la primera vez que el maestro toreó en público en Colmenar de Oreja, el 7 de octubre de 1954. Una mítica tarde en la que torearon los cinco hermanos Ordóñez y la única vez que se ha dado en la historia del toreo que cinco hermanos hayan toreado juntos. Una fotografía que capta además la primera salida a hombros del maestro Alfonso Ordóñez Araujo.
El acto concluyó con un final de fiesta flamenco en el que actuó Enrique Casellas y Francisco Rivera Ordóñez dio rienda suelta a su vena más artística con su grupo “Una y nos vamos”. En la pista, el homenajeado don Alfonso Ordóñez Araujo se arrancó a bailar con la chispa y la alegría en sus ojos de un chaval de 15 años que sueña por primera vez con ser torero.
Parte de Fuengirola
Don Alfonso Ordóñez, a sus 85 años, sorprendió a todos, desvelando algunos datos de su trayectoria taurina, y dejando patente su lucidez mental y su prodigiosa memoria. Recordó haber toreado con 114 matadores de toros, con 41 novilleros y con un rejoneador. Quiso explicar, primero de todo, su vinculación con Fuengirola. Lugar al que su padre, el mítico Cayetano Niño de la Palma, acudía en los meses de enero y febrero para prepararse cuando no iba a América. Después él vivió aquí cuarenta años en un piso, por lo que dijo sentirse “parte” de Fuengirola y muy a gusto en ella. La comparó con un paraíso y dijo que “para estar en el caribe no hay que irse tan lejos”.
Veneración por su hermano
Aunque el homenajeado era él, el maestro Alfonso no pudo evitar rendir tributo a su hermano Antonio. Y citó las palabras de don Alfonso Ussía que sentenció una vez: “Ordóñez ha sido el mejor de su época, el mejor de épocas anteriores y el mejor de los que puedan venir”. Así veneró a su hermano afirmando que no ha visto otro torero con “esa figura, esa humildad y esa soberbia de Antonio”.
Relató lecciones de vida que tuvo que aprender con sólo 12 años. Aquel día que le dijo a su padre que quería ser torero, tras ir a los toros por primera vez y ver a su hermano Antonio torear. Su padre se quitó el cigarro de la boca y le espetó: “Será que lo vas a intentar”. Vivencias de una época dura y seria en la que no se regalaba nada.
Un tiempo en el que se fue a aprender al campo y en el que ya como banderillero pasó mucho miedo durante los 7 años que estuvo con su hermano Antonio y los 5 que acompañó a su sobrino Paquirri. Los banderilleros tienen la obligación de torear hacía atrás y no hacía adelante como el matador. “Y se pasa mal”. Apuntilló.
La tertulia taurina estuvo plagada de ricas anécdotas y lecciones magistrales de toreo como la que contó el maestro José Antonio Campuzano. Entonces era un chaval y fue a un tentadero de Javier Molina. Era de las primeras veces que se ponía delante de una becerra. Con la mala suerte de que esta le cogió y le desnudó. Antonio Ordóñez le dijo que se pusiera un pantalón nuevo. Pero Campuzano le tuvo que decir que no había traído. Mandó que le dieran uno suyo ante el asombro del joven al que aquel pantalón, con 15 años, le estaba “apretado”. “Fíjense si estaba delgado y preparado Antonio Ordóñez”, declaró Campuzano, quien añadió que su hermano Alfonso también estaba en su “plenitud” por aquellos años.
Alfonso Ordóñez transmitía seguridad en la distancia, en los toques, en la forma, en los consejos “muy pocos, pero lo justo” a la cuadrilla de José Antonio Campuzano. Así lo rememoró él. “Su profesionalidad, su capacidad era algo fuera de lo normal”, aseveró. En la plaza, veía rápido al toro y daba la indicación oportuna. Fuera de ella, lo que decía era el “Evangelio”. Así se convirtió en una persona “muy importante” en su vida. Supo transmitir la magia del toreo de los antiguos.
Su tocayo Alfonso Galán también subió al escenario para agradecer primero el apoyo institucional en tiempos “tan difíciles” y después para homenajear a la dinastía Ordóñez a la que empezó a tratar muy joven. Galán coincidió con Campuzano en señalar que el secreto del maestro Alfonso Ordóñez era la “distancia, los toques y la muñeca privilegiada que nos hacía sentir muy seguros a todos”.
El homenajeado Alfonso Ordóñez contó una anécdota curiosa vivida con Antonio José Galán que le avisó un año para ir a América con él y recordó como este le firmó los contratos en blanco para que “yo pusiera la cantidad de dinero”.
Una retirada humilde
El gran maestro de Fuengirola Antonio José Galán le propuso ya en su última etapa torear en Mijas, donde el sevillano se retiró “humildemente”, tras torear 40 temporadas en España y viajar hasta 28 veces a México.
Además de banderillero, Alfonso Ordóñez Araujo ejerció de apoderado y escuchó a través de un vídeo las palabras de agradecimiento que le dedicó el matador de toros de Navarra Sergio Sánchez, quien mostró su pesar por no poderle acompañar en el acto.
El banderillero de Fuengirola Manuel Ruiz sí estuvo presente y fue otro de los que subieron al escenario para rendirle homenaje. Con emoción y las palabras entrecortadas contó como en una temporada que compartió con él, este le transmitió la seriedad en el toreo. Recordó la tarde complicada en la que torearon en Constantina “con mérito”, le elogió Ordóñez, y terminó su intervención recitando unos versos.
El periodista taurino Paco Aguado destacó el papel de Alfonso Ordóñez como asesor taurino en el palco de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla durante 29 años. Y Ordóñez contó cómo ha vuelto tras un año de dimisión.
El actual presidente de la Plaza de Toros de Sevilla, José Luque Teruel, realzó primero la figura de su hermano Antonio Ordóñez, afirmando que ha escuchado decir a un periodista que “dividió en dos el toreo: hay un antes y un después de Antonio Ordóñez”.
Y sobre don Alfonso, recomendó para los que quieran ver lidiar a un “toro bravo de verdad por un banderillero de verdad” ver un vídeo de los años 80 en Youtube en el que el maestro don Alfonso Ordóñez lidia a Toquillero de Guardiola al que se le pidió el indulto cuando no se podía indultar a los toros en Sevilla.
Un halo de gloria
Por último, dijo que Alfonso Ordoñez despierta a su paso por la Maestranza de Sevilla un halo de gloria entre el gentío como leyenda viva que es de una dinastía histórica del toreo en España.
Le tocó el turno a Francisco Rivera Ordóñez, quien con cariño comentó como su tío abuelo le había amonestado al referirse a él al saludarlo como “tío Alfonso” nada más, en lugar de “tío abuelo”.
Aseguró que la tensión vivida aquellos años de juventud fue mucha, “totalmente espartano”, en la que sus tíos y abuelo le transmitieron la seriedad y el respeto de una profesión dura. Para él, ver llegar a su tío a su casa era como torear en la Maestranza.
Mencionó a Fuengirola, lugar donde pasaron los últimos dos veranos con su padre, tiempo que recuerda “con mucho cariño”.
Por su parte, su tío abuelo dijo no extrañarse de que su sobrino quisiese intentar ser torero porque le venía por todos lados, por su padre, por su abuelo, por sus tíos (los Dominguinez), … Y afirmó que lo intentó “bastante bien y lo consiguió bastante bien”.
El maestro Francisco lamentó el no haber podido cumplir la ilusión de él y de su abuelo de haber toreado sin caballos con su tío Alfonso en Ronda. Rivera Ordóñez concluyó su intervención sorteando con simpatía las preguntas del periodista Aguado sobre su nueva faceta artística.
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