Luis Pérez Palma, un ser libre e indomable

16 marzo 2023

El jinete de Fuengirola Luis Pérez Palma falleció el pasado mes de febrero, en silencio, sin mucha notoriedad, pese a ser un caballista querido y conocido.

Su vida fue siempre el caballo. Desde bebé, que se escapó de los brazos de su madre y gateando acabó colgado de la cola de uno, balanceándose como si de un columpio se tratase, hasta pocos días antes de su muerte que impartió su última clase de equitación y tuvo que salir hacia el hospital por un dolor fuerte en el estómago.

No atesoró grandes títulos, ni medallas, ni copas pero dejó un legado «El Rancho Loco» del que ahora se hace cargo su sobrina nieta Nazaret Moreno. A ella, que no sabía nada de caballos, consiguió quitarle el miedo, trasmitirle su afición y le ha brindado una nueva ilusión.

Ella ha aceptado el compromiso y trabaja codo con codo con Ismael López y Lea Atticis, dos jóvenes que entraron casualmente en la vida de Luis, en su última etapa, para ayudarse mutuamente, convivir estrechamente con él y sentir después su pérdida. Así nace «El Rancho del Abuelo», un centro dedicado al turismo ecuestre.

Muchos recordarán el rostro alegre y vivaz de Luis Pérez Palma. Un caballista fino que vivió a su aire. Un apasionado de la Feria de Fuengirola a la que acudió a caballo en el PRE Campanero este año pasado pese a estar ya aquejado de un cáncer de garganta y una hernia mal curada.

«Genio y figura hasta la sepultura». Así fue este jinete que enganchó y domó caballos en Vaquera, Alta Escuela y a las Riendas Largas. Alquiló varias cuadras y no dudó en viajar hasta Alemania para enseñar allí todo lo que sabía.

Se casó por todo lo alto. Una boda flamenca con una jovencísima y muy bella Lola Guerrero Casado con la que tuvo tres hijos: Dani, Jessica y Álvaro. Su hija lo recuerda ahora como «un soñador». Un ser libre que vivió siempre «el aquí y ahora». Curioso, exigente y bromista.