CUMPLEAÑOS MUY FELIZ PARA LA FUENGIROLA TAURINA

10 octubre 2022

Fue como un exquisito paseo por el túnel del tiempo. Una exaltación de la amistad, por la vía de la tauromaquia, en tiempos de la feria del reencuentro. Todo en perfecta comunión entre la terna local actuante y sus vecinos, que llenaron los tendidos en sus tres cuartas partes (unos 3.000 espectadores) para, de paso, contribuir a una buena causa a favor de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer. 

Los tres cinqueños (para los tres matadores de toros de alternativa) y los cuatro novillos de la ganadería sevillana de Julio de la Puerta, de excelente presencia; contribuyeron, salvo contadas excepciones, a la gran fiesta de celebración del 60 cumpleaños de la plaza de toros de la muy taurina Fuengirola, que atesora tanta y buena historia. ¡Cuánta emoción en una tarde-noche para el recuerdo!

A Fernando Cámara le correspondió en suerte un toro bajo y de buenas hechuras que resultó ideal sobre todo por el pitón izquierdo. Con él desplegó el toreo clásico y elegante que ha marcado su dilatada trayectoria. Con torería y andando por la plaza con sumo gusto, desgranó algunos muletazos de mucha calidad, fundamentalmente al natural, en una faena desarrollada en los medios, (Dos orejas).

Francisco José Porras, fiel a su estilo, se entregó de manera incondicional desde que saludó a su bravo oponente con una larga cambiada, verónicas y chicuelinas. Un ciclón que sacudió los tendidos y que puso al público en pie. Al toro, de tranco importante, le compuso una faena enrazada con muletazos largos sobre la mano izquierda. (Dos orejas y rabo y vuelta al ruedo para el toro).

David Galán también echó el resto desde su comienzo de hinojos con el capote antes de un quite muy celebrado por ajustadas chicuelinas. No fue buen colaborador el de Julio de la Puerta porque mostró genio y estuvo a punto de prender al fuengiroleño en varias ocasiones. Jamás se arrugó y se impuso con valor para superar las adversidades y arrancar meritorios pases. (Dos orejas tras aviso). 

En el turno para los novilleros, Sergio Ruiz completó una actuación muy interesante ante un astado que se movió mucho y bien. Construyó una faena basada en el toreo más ortodoxo que fue a más porque tuvo la virtud de una buena colocación y temple. Una de las series sobre la diestra fue superior. Sorprendió su puesta a punto pese a la lógica inactividad y se entregó a la hora de matar para cobrar un estoconazo. Paseó en su vuelta al ruedo un pavo que le lanzaron vivo en insólita imagen. (Dos orejas y rabo). 

El novillo de Antonio Pavón Galán resultó ser el mejor del encierro. El televisivo paisano conectó con el público derrochando simpatía desde el primer instante. Más cómodo con la mano derecha, sobre ese pitón pudo dibujar algún pase de largo trazo, al dejarse venir al excelente ejemplar. No hubo acople con la zurda, pero las manoletinas finales volvieron a poner los escaños a revienta calderas. (Dos orejas tras aviso). 

Juan Carlos Benítez despachó el astado más voluminoso por alzada y largura. Un animal exigente al que tuvo el mérito de someter en un inicio de faena con doblones por bajo que fueron determinantes para fijar sus embestidas y construir una labor de peso abrochada con ayudados por alto. Mató de una gran estocada. (Dos orejas). 

Mala suerte la de Samuel Ortiz porque el que cerró plaza fue un manso en constante huida, al que no pudo fijar en el engaño pese a intentarlo de todas las maneras posibles. El novillo se atrincheró en terrenos de chiqueros y allí se lo puso complicado para acabar con su vida. (Oreja tras aviso).

Todos los actuantes abandonaron la plaza a pie por la puerta grande. Queda claro que Fuengirola sigue siendo una ciudad muy taurina dentro y fuera del ruedo… ¡¡Larga vida a la tauromaquia!!

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