Éxito artístico y de público en la corrida de la Feria del Rosario

Por Damián Bernal

Octubre de 2021

La primera gran noticia fue el lleno que registró la plaza sobre el aforo del 60 por ciento fijado para la ocasión. Ese público que acudió en masa se entregó a la terna sin reparos. Lo hizo feliz y se puso en pie (de manera literal) durante la lidia de los seis astados. El cartel de toros (tres de María Guiomar Cortés y tres de Luis Terrón) y toreros a caballo (Ventura, Leonardo y Ferrer Martín) le dio motivos para ello. Sobre todo porque Diego Ventura, el mandón del rejoneo actual, es garantía de éxito y volvió a deslumbrar al cuajar dos grandes faenas. El hispano-luso brindó su primera actuación a todos los niños que quieren ir a los toros. Una defensa de la libertad en toda regla. Una insólita pero necesaria reivindicación en los tiempos que corren en una democracia como la española y en pleno siglo XXI. Ese primer astado se paró pronto, aunque a base de temple supo construir una labor de altos vuelos, malograda con los aceros. Fue ovacionado. En el cuarto puso toda la carne en el asador para cortar un rabo incontestable. Una faena en clara línea ascendente que se vivió con pura pasión en los tendidos. Lo de ‘Lío’ y sus cites de lejos para quebrar a milímetros de los pitones y las banderillas colocadas con ‘Bronce’, al que quitó la cabezada, fueron los momentos culminantes de una actuación cerrada de certero rejonazo. Diego Ventura es el número uno del toreo a caballo. Un innovador sin límites. ¡Indiscutible!

El veleño Ferrer Martín tomó la alternativa en este festejo de postín y supo triunfar, lo cual tiene enorme mérito, entre máximas figuras. ‘Rumbito’, de Guiomar Cortés, de pelo negro y marcado con el número 29, fue el ejemplar elegido para la efeméride. Su labor fue más que digna y brilló a gran nivel con una entrega absoluta en su lote, que contó con la complicidad del público. Se ajustó mucho y se dejó tocar las cabalgaduras. Al último lo recibió a portagayola. Lo dio todo, empleándose con alardes tremendistas, y tuvo su recompensa (dos orejas y vuelta al ruedo).

Leonardo se quedó a las puertas de acompañar a sus compañeros en la salida a hombros. Mató mal a su primero después de una faena de altos vuelos en la que demostró su capacidad y entrega. El quinto fue un ejemplar de discreta presentación que, para colmo, acusó la invalidez de sus cuartos traseros. Incluso se echó durante la faena. Mérito tuvo mantenerlo en pie para completar un trasteo cogido con alfileres.  A este lo despachó al primer intento y la insistente petición del segundo trofeo no fue correspondida por el palco. (Silencio y oreja, que no recogió, con dos vueltas al ruedo).

La empresa Tauroemoción, en esta nueva etapa al frente de la plaza de Fuengirola, ha logrado instaurar este festejo de rejones para la localidad con motivo de sus fiestas mayores. Queda claro que el público respalda esta iniciativa llenando los tendidos.

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