Guillermo García Palma
Licenciado en Veterinaria
por la Universidad de Córdoba
“El hipódromo de Mijas”
Octubre de 2021
Construido en los 90, fue un éxito al principio. Carreras de caballos en la Costa del Sol y con mucha animación de visitantes en verano. Pasaron los años y por algún motivo fue excluido de las apuestas y perdió su principal financiación. Vino una decadencia de las cuadras de carreras y el Turf fue saliendo hacia otros destinos como Madrid o Dos Hermanas.
Pero no todo eran caballos de carreras. En el anillo central, una hípica local trabajada por el jinete internacional de la disciplina olímpica de saltos de obstáculos, Samuel Oliva, y donde recaló durante algunos años el jinete mijeño y dos veces olímpico en la disciplina de doma clásica, Daniel Martín, formaba a caballos y jinetes y era escuela hípica para todos los principiantes de la zona.
Además, había actividades como fútbol o atletismo y estaba en marcha una escuela municipal de hipoterapia para niños con discapacidades motoras o psico-neurológicas. Y sucede algo buenísimo. Una iniciativa privada invierte y transforma las pistas de carreras en pistas de salto de calidad internacional. Se crea el “Mijas Equestrian Tour” de saltos de obstáculos. Durante cuatro meses al año, que además eran invernales, en Mijas se consolida ya durante cinco ediciones y eran habituales jinetes olímpicos de todos los países: Alemania, Holanda, Inglaterra, Suecia, Estados Unidos, Japón, Brasil, Bélgica y, por supuesto, también lo mejor de España.
Además, había actividades como fútbol o atletismo y estaba en marcha una escuela municipal de hipoterapia para niños con discapacidades motoras o psico-neurológicas. Y sucede algo buenísimo. Una iniciativa privada invierte y transforma las pistas de carreras en pistas de salto de calidad internacional. Se crea el “Mijas Equestrian Tour” de saltos de obstáculos. Durante cuatro meses al año, que además eran invernales, en Mijas se consolida ya durante cinco ediciones y eran habituales jinetes olímpicos de todos los países: Alemania, Holanda, Inglaterra, Suecia, Estados Unidos, Japón, Brasil, Bélgica y, por supuesto, también lo mejor de España.
Esto revitalizó el hipódromo y a muchos sectores en una época en la que el turismo es bajo, rompiendo así con la estacionalidad (como dicen los políticos en los programas que quieren vender). Aumentaron muchísimo las posibilidades económicas y sobre todo de intercambio cultural y laboral del amplio tejido profesional directo y del sector servicios indirecto local. A la oportunidad de cualquier chaval que tratase con caballos de formarse, trabajar y viajar a los países más punteros en hípica se le unía el incremento de ventas en negocios como por ejemplo los restaurantes o la misma óptica de la Cala de Mijas, que en un mes vendió más gafas de sol que en un año.
Esto revitalizó el hipódromo y a muchos sectores en una época en la que el turismo es bajo, rompiendo así con la estacionalidad (como dicen los políticos en los programas que quieren vender). Aumentaron muchísimo las posibilidades económicas y sobre todo de intercambio cultural y laboral del amplio tejido profesional directo y del sector servicios indirecto local. A la oportunidad de cualquier chaval que tratase con caballos de formarse, trabajar y viajar a los países más punteros en hípica se le unía el incremento de ventas en negocios como por ejemplo los restaurantes o la misma óptica de la Cala de Mijas, que en un mes vendió más gafas de sol que en un año.
Pero de pronto y cuando más funcionaba todo sucede que hay cambio de gobierno y los nuevos deciden que debido a las irregularidades catastrales que arrastraba el hipódromo desde su inicio (más de veinte años atrás) hay que denegar los permisos para estas actividades que por fin estaban funcionando y eran claramente beneficiosas para la comunidad. Los inversores vieron truncado su proyecto y todo este período de desarrollo real se vio frustrado también, aduciendo los nuevos responsables municipales motivos “legales”. Incluso un concejal llegó a manifestar que “el caballo era elitista”. Se ve que no conoce la cantidad de posibilidades económicas y culturales que genera y que la comarca de Mijas Fuengirola siempre estuvo unida al caballo.
Hoy día el hipódromo está absolutamente dejado. Vandalizados sus edificios. La actividad hípica local subsiste gracias al tesón de Samuel Oliva y sus clientes o de los responsables de Hipoterapia. La clínica veterinaria, que ofrecía servicios a todos esos caballos de competición internacional, también aguanta. Respecto a los responsables municipales, no sabemos ni lo que quieren, ni sus proyectos de futuro para algo que es de todos los ciudadanos y que creo que ha sido pésimamente gestionado. Por sus actos se diría que quieren dejarlo morir para, tal vez, amagar con algún “cambio radical” por supuesto de gran presupuesto, por si cuela, de los que estilan acometer los políticos cuando caen en el adanismo de destruir todo aquello en lo que no son ellos los promotores.
Algo era bueno y funcionaba. Era bueno para todos, no solo para el sector hípico del pueblo (que ya es per-se muy representativo). Pero lo mismo a los políticos les gusta más que el caballo seamos “low-cost”, cuatro gatos-jinetes de feria y romerías, y que no progrese demasiado, sobre todo si ellos no tienen la sartén por el mango en el manejo de la cuestión, o si les requiere hacer un esfuerzo extra para ayudar al desarrollo de verdad, importante como se merece este pueblo por su potencial, trayectoria y sitio global.
Mijas y Fuengirola estaban preparadas. Si un Internacional de Saltos se hubiese consolidado, como lo había hecho, con el aeropuerto a 20 minutos y una gran oferta de alojamiento y restauración cercana (a diferencia de Monteenmedio) habría sido un referente mundial. En la última edición hubo 700 caballos y muchos de los atletas que han competido en Tokio. Se lo han cargado. Esa responsabilidad debe ser asumida por quien corresponda.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!